sábado, 6 de octubre de 2012

TINTÍN... DE NUEVO CONTRA LAS CUERDAS



UNA vez más los talibanes de la conciencia personal, los radicales del buenismo, los puristas de lo políticamente correcto vuelven a actuar contra Tintín, la gran creación del dibujante belga Hergé y uno de los iconos máximos de la historieta y de la cultura popular europea. Pero esta vez no ha sido un ciudadano oportunista quien ha llevado adelante la batalla contra el popular personaje de papel (ver aquí, aquí y aquí), sino los responsables de una institución cultural sueca que, a modo de rectores de las costumbres, decidieron vetar al joven y repipi reportero, expulsándolo de las estanterías de su institución.

Y es que, según hemos podido saber por la prensa, el responsable del área de juventud de la Kulturhuse o Casa de la Cultura de Estocolmo —el músico irano-sueco Behrang Miri— tenía pensado retirar de los anaqueles de la biblioteca los tebeos de Tintín, pues consideraba que ofrecen una visión denigratoria, racista y tergiversada de ciertas etnias. En opinión de Miri, «la imagen que dan la obras de Tintín es, por ejemplo, afrófoba [...]. Los africanos son mostrados en ellas como personas estúpidas, los árabes aparecen sobre alfombras voladoras y los turcos fumando con cachimba».


No sabemos en qué libro de Tintín pudo encontrar Miri y sus censuradores compañeros esos árabes que vuelan montados en alfombras y cómo no se ha percatado de la continua revisión actualizadora a que Hergé sometió sus álbumes más antiguos, pero lo cierto es que la posición de los responsables de la Kulturhuse en toda esta cuestión resulta verdaderamente preocupante. Y es que, al parecer, la tarea de "limpieza" no iba a quedar limitada a los tebeos, sino que también tenían pensado iniciar una segunda fase para "purgar" todos los fondos de la biblioteca mencionada, con el objeto de encontrar actitudes o mensajes denigrantes e incluso homófobos en otros libros. Es decir un buen repaso que podría suponer la condenación de una multitud de célebres obras de la literatura universal (incluyendo la propia Biblia). Por no hablar de las películas, claro está, o de la pintura, la escultura...

Behrang Miri


Un despropósito, en cualquier caso, del que han tenido que desdecirse sus instigadores casi inmediatamente, al comprobar el rotundo rechazo que dicha medida provocó en la prensa y en ciertos medios especializados de Suecia. De este modo, al día siguiente de sus primeras declaraciones, el propio Miri tuvo que aclarar su posición explicando que sólo deseaba denunciar el contenido discriminatorio de estas publicaciones y reconociendo que la prohibición de libros no es el camino más adecuado para conseguir su objetivo. A pesar de todo, el máximo responsable de esta institución cultural, Eric Sjostrom, ha dado todo su apoyo a Miri y ha confesado también que su línea de trabajo es la adecuada, pues hace falta seguir trabajando sobre el tema de la discriminación y la igualdad. Confiemos, en todo caso, para que no lo haga acudiendo a la censura como herramienta de trabajo.


En fin, Serafín. No voy a repetir aquí los argumentos que ya esgrimí en su momento para criticar esta intolerable postura. Pero sí me gustaría añadir que empieza a ser preocupante esta mala costumbre de exigir y querer aplicar la censura para acabar con la libertad de expresión que tanto ha costado obtener en los países occidentales. Sobre todo cuando, como en el reciente caso de las caricaturas de Mahoma, las exigencias vuelven a venir en forma de atentados y de amenazas o proceden de colectivos y países que no parecen encontrar demasiadas virtudes en la democracia. Es éste un terreno cuya invasión no deberíamos permitir bajo ningún concepto (incluso aunque hacerlo resulte políticamente incorrecto) y una actitud que los habitantes de países democráticos no tendríamos que emular de ninguna manera.

Otra cosa bien distinta sería dilucidar hasta qué punto esa libertad de expresión que defiendo puede (y debe) sobreponerse a otros derechos también reconocidos en nuestras constituciones, tales como el de respeto a las creencias religiosas. Pero este es un problema complejo y peliagudo que no cabe analizar en esta breve entrada.


Dos enlaces de interés para ampliar la noticia:

Revista on-line Actua BD. 
Artículo en Contrautopía.

9 comentarios :

  1. Fahrenheit 451, Índex Librorum Prohibitorum et Expurgatorum (indice de libros prohibidos), etc. Ay, amigo Alberich, qué pena.

    Saludos.

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  2. Si tuviera que memorizar algún álbum de Tintín me pediría Las siete bolas de cristal y El templo del sol... O El secreto del Unicornio y El tesoro de Rackham el Rojo... O El asunto Tornasol... O... O... O... ¡Qué bárbaro! ¡¡No sabría por cuál decidirme...!! ¡¡Qué grande fue Hergé!!

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  3. Qué difíciles eso de elegir. Las aventuras dobles, las de dos álbumes primero y luego... todas las demás. ¡Grande Hergé, efectivamente!

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  4. tierra616:

    Yo lo tengo fácil: "Tintin en el Tíbet". Una de las mejores historias sobre la esperanza. Y de camino un estupendo divulgador de paisajes y culturas para los niños, o al menos así lo recuerdo de mi infancia, cuando por él aprendí lo que era un yak, un potala, un lama, el fuego de San Andrés, un sherpa... y de lo malo que es abusar del alcohol (pobre Milú).

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    1. ¡¡¡¡Tchaaaannnngggg!!!!!

      No es mal álbum ése, amigo Tierra616. Uno de los más importantes y decisivos para la carrera y la vida de Hergé (como bien sabrás) y que más making off tiene detrás: psicoanálisis, crisis personal y espiritual, un divorcio de por medio, el descubrimiento de un nuevo amor, el remordimiento, la catarsis... ¡¡Bufff, mucha tela que cortar!!

      No sé yo si alguien habrá hecho un estudio psicoanalítico de dicho álbum (¿quizá Benoît Peters, Michael Farr, Philippe Goddin u otro?), porque posibilidades no le faltan (incluso para los detractores de Hergé).

      Un saludete.

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    2. Algo conocía del trasfondo de personal de "Tintin en el Tibet", pero me has picado la curiosidad para que investigue más sobre ello, Alberich, gracias. Y me he dado cuenta de una errata: lo que le pasaba al piolet de Tintin se llama "fuego de San Telmo" (no de San Andrés, eso por tirar de memoria). Hace años, cuando completé la lectura de todos los albumes de Tintin, me di cuenta de que esté en concreto destacaba porque no había un villano ni un plan criminal a neutralizar, ni siquiera uno momentáneo (como lo hay en Aterrizaje en la Luna, p.ej), el unico adversario Tintin es la perdida de la esperanza de encontrar a Tchang. El sherpa Tarkey e incluso Haddock intentan convencerle, desde el respeto y el sentido común, de que su corazonada es sólo eso, e incluso le hacen desistir... pero entoces... ¿qué es aquello amarillo en aquel risco?

      Por otro lado, lo absurdo de todo este asunto de "buenismo cultural" es que ¿nosotros podríamos considerarnos ofendidos por la visión que se da de los ibéricos en "Astérix en Hispania"? Sería empezar y no acabar.

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  5. Querido Alberich,

    A estas alturas de la historia universal, parece mentira que tengamos que ceder -bajo un supuesto valor "buenista"- en derechos humanos universales tales como estos dos recogidos en la Declaración Universal de los DDHH:
    Artículo 19
    Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el de difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión.

    Artículo 11

    2. Nadie será condenado por actos u omisiones que en el momento de cometerse no fueron delictivos según el Derecho nacional o internacional. Tampoco se impondrá pena más grave que la aplicable en el momento de la comisión del delito.

    El hombre repite, una y otra vez, los mismos atropellos a la libertad, tal como Sísifo.

    Y esto, estimat amic, es intolerable.

    Un beso.


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    1. Carinna Balserilla: como siempre tus intervenciones sólidamente documentadas... Gracias por el aporte (y esperemos que esos valores y derechos tan difícilmente alcanzados no dejen de estar vigentes nunca en nuestro Occidente).

      Besos (virtuales) también para ti.

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  6. De lo que no parecen darse cuenta estos gilitontos es de que no pueden cambiar la Historia, ni tan siquiera en sus aspectos más oscuros. El racismo, el colonialismo, el machismo, la intolerancia religiosa, el fascismo, el belicismo, la esclavitud, la homofobia, etc. etc, han existido (y por desgracia algunos aún persisten) en el mundo real.Y han impregnado el arte producido en el momento en el que se encontraban fuertemente arraigados en la sociedad. Por eso pretender que no existan referencias a cristianos viejos o de corte antisemita en libros como "El Quijote" es ridículo, habida cuenta de que en el tiempo de Cervantes eran moneda común, y ni siquiera se consideraban políticamente incorrectas.Del mismo modo, la cruzada propagandística de los comics USA en plena II Guerra Mundial o el tufo antirrojo de los primeros héroes Marvel durante la Guerra Fría no hacen sino reflejar el momento en el que fueron creados, y pretender ocultarlo, censurarlo o suavizarlo no es sino realizar una burda falsificación de la realidad social de aquellos años.

    Y es que del mismo modo que no se debe propagar una versión de la Historia mutilada en la que se eliminen guerras, abusos de poder o lacras diversas como forma de proteger las mentes inocentes (transformando de paso la Historia de las civilizaciones en un episodio de Barrio Sésamo), tampoco es de recibo pulir aristas polémicas en la Historia del arte para convertirla en un tarro de miel ajeno a cualquier realismo, e inmerso en Los Mundos de Yupi.

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